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miércoles, 14 de septiembre de 2011

Twitter y la anorexia

Hace ya 10 años que leí por primera vez acerca de la proliferación en internet de páginas web, llamadas pro-ana y pro-mia, es decir, pro-anorexia y pro-bulimia. En ellas, jóvenes de todo el mundo daban consejos acerca de cómo adelgazar usando métodos como el vómito, la no ingesta de comida o la toma de laxantes. La existencia de estas páginas me pareció escalofriante y ante su, cada vez más amplia aparición en la red, las autoridades pertinentes tomaron medidas, cerrando algunas de estas páginas. Sin embargo, siguen existiendo y la aparición de redes sociales ha facilitado en parte que se mantengan y pasen un poco más inadvertidas debido a la gran cantidad de perfiles que existen en Facebook o Twitter.


Conscientes del riesgo que suponen estas páginas, el Ministerio de Sanidad solicitó a Twitter, a través de la Unidad de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil, que eliminara los perfiles que hacían apología de la anorexia y la bulimia. Sin embargo, la red se ha negado al alegar que el bloqueo de las páginas de usuarios, sea cual sea su contenido, constituye un claro y directo atentado contra la libertad de expresión, además afirman que promover la anorexia o la bulimia no es un delito, y no está tipificado como tal en el código penal.

Sin embargo, Sanidad no se da por vencida y en su propia red ha anunciado que buscará "el apoyo de la Unión Europea para afrontar conjuntamente el problema del fomento de la anorexia en las redes sociales" y está realizando un informe "con iniciativas" para evitar que en un futuro se publiquen en las redes sociales perfiles que fomenten estas graves enfermedades. Además, el Ministerio ha informado que mantendrá activo "el buzón para notificar perfiles que fomenten anorexia y bulimia, que se seguirán mandando periódicamente a Twitter" para exigir su cierre.

Y ante esta situación, yo me pregunto qué tiene más validez, ¿la libertad de expresión o la seguridad de los jóvenes? Todos sabemos que a determinadas edades y con las exigencias sociales actuales es fácil que chicas y, cada vez más, chicos padezcan anorexia y bulimia. Para mi, cerrar perfiles en los que se dan consejos de como hacer creer a los padres que se come, cuando en realidad se tira la comida; como usar laxantes para perder peso o como vomitar no creo que sea atentar contra la libertad de expresión, sino proteger a los más jóvenes. Aunque también es cierto, que lo primero que tienen que hacer las autoridades es llenar ese vacio legal ya que, como alegan desde Twitter, hacer apología de estos temas no constituye un delito y es que, como siempre, si las leyes no son las primeras en actuar no lo van a hacer el resto de los agentes sociales y creo que en este, como en otros temas, es una cuestión básica.

Vía Noticiasdot.


jueves, 20 de enero de 2011

Bebida en lugar de comida

Anonadada me he quedado al descubrir que existe esta enfermedad que ha surgido entre las estrellas de Hollywood, a la que se les exige estar casi en los huesos para dar buena imagen y que se ha extendido entre jóvenes y no tan jóvenes. Se trata de la ebriorexia, un nuevo trastorno alimenticio que mezcla la bulimia y la anorexia con el alcoholismo. Las malas lenguas apuntan a Victoria Veckham o Lindsey Lohan como dos de las famosas que prescinden de la comida y se sustentan con las calorías que aporta el alcohol. Esta mala costumbre se empieza a extender a las adolescentes de todo el mundo que se someten a una abstinencia alimenticia voluntaria, beben y luego vomitan. En algunos casos más extremos, se mezcla el alcohol con drogas que inhiben el apetito.



La ebriorexia o drunkorexia, por su nombre en inglés, es una enfermedad relativamente nueva, que está empezando a despertar preocupación entre padres y especialistas. Este trastorno afecta especialmente a mujeres de 18 a 30 años y empezó a ser conocida cuando se empezó a ver a modelos y actrices públicamente ebrias y excesivamente delgada. La ebriorexia está ya catalogada como enfermedad de moda entre las famosas. Uno de los principales peligros de este trastorno, además del evidente de dejar de comer, pegarse atracones, vomitar e ingerir alcohol en dosis peligrosas, es que se centra en la aceptación social que tiene el alcohol. A esto se le suma que la delgadez, hoy en día, es casi una exigencia.


Precisamente, un reportaje realizado en abril del pasado año por Televisión Española, se recogía la influencia que la ebriorexia tiene en las adolescentes españolas. En este vídeo se puede escuchar frases escalofriantes como que "como el alcohol engorda tanto, te saltas la cena para equilibrar" o "si salimos pronto de fiesta, no solemos cenar. Son muchas calorías para el cuerpo". La situación es complicada de tratar, porque nadie se asusta si ve a un adolescente bebiendo los fines de semana ni que esté pendiente de su dieta. Es por ello, que el control de los padres a la hora de establecer horarios de comida, por ejemplo, es básico para evistar este tipo de enfermedades.


Para detectar la ebriorexia, es importante conocer sus síntomas, entre los que destacan hinchazón en el rostro, evidente deterioro físico debido al vómito, no suelen comer delante de otras personas y si lo hacen, comen de forma compulsiva, suelen darse largas duchas después de comer y beben a solas o a escondidas. Los efectos más peligros de esta enfermedad son el deterioro de las neuronas, la pérdida de la conciencia o distorsión de la realidad, conductas violentas o aislamiento social. Al ser una enfermedad reciente, aún no hay cifras exactas de cuántas mujeres en nuestro país padecen este trastorno, aunque ya hay asociaciones como Adaner que ayudan a las personas afectadas dando apoyo y ayuda para hablar de sus emociones. Porque detrás de todos los trastornos alimenticios se esconden problemas piscológicos graves, como una extremada autoexigencia, una exagerada necesidad de hacerlo todo a la perfección o una muy baja autoestima. Es por ello que el tratamiento de la ebriorexia no sólo se debe hacer a nivel físico, sino también a nivel psicológico. Escalofriante.

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