martes, 2 de marzo de 2010

Motivos de despido sobran


Leo ayer a través de El País Digital: "Despedida una madre por pedir reducción de jornada". Por supuesto, la noticia me llama la atención, asi que pincho en el link y me encuentro con que una mujer de 35 años, llamada Nélida Pisco Suárez, madre de una hija de diez meses y que desde 2006 cubría las rutas de colegios e institutos de una compañía de autobuses en los concellos de Teo y Ames ha sido despedida después de solicitar una reducción de la jornada laboral porque necesitaba dar el pecho a su bebé alérgico a una proteína láctea. La empresa le negó dicha reducción, por lo que Nélida presentó una denuncia. El juez le dio la razón y le concedió la reducción a 35 horas de lunes a viernes en el turno de mañanas. Parece que la empresa no lo llevó muy bien, porque primero no le asignaron ninguna ruta y la pusieron a lavar un bus. Luego la expulsaron de la sala de conductores y, ni tan siquiera, le permitieron quedarse en el interior de la nave de Teo, por lo que la mujer se tuvo que pasar su jornada laboral sentada en su coche. No contentos con esto, los responsables de la empresa -alegando eso sí que el problema son las exigencias horarias- le entregó la carta de despido. ¿Qué palabra define esto: denigrante, humillante, inconcebible? No sé cuál usar.


Luego se habla de la conciliación laboral y familiar. ¿Y pretenden que tengamos hijos? Para qué ¿para arriesgarnos a perder nuestro trabajo tal y cómo están las cosas? Buscando información acerca de cómo está este tema, he encontrado una noticia de marzo del pasado año, en la que se afirma que desde que empezó el tema de la crisis han aumentado los despidos por embarazos. El artículo comienza de la siguiente forma: "La Fundación Madrina denuncia que hay más despidos por embarazo con la crisis, incluso han acuñado a la actuación de despedir a las mujeres embarazadas o a las que ya son madres con el término mobbing maternal". Según el informe de esta Fundación, hasta 30.000 madres se pusieron en contacto con ellos por este motivo en 2008.


Y eso que parece que temos la Ley de nuestro lado. En el mismo mes de marzo del pasado año se publicaba otro artículo en el que se explicaba que "el Supremo ha resuelto que el despido de mujeres embarazdas -salvo cuando sea procedente- será nulo, al margen de que la empresa conozca o no el estado de gestación". Claro, aquí tenemos el "cuando sea procedente". Seamos sinceros y realistas. Todas las empresas tienen mil maneras de alegar que un despido es procedente, como en la noticia que abre este post. "El problema son las exigencias horarias" y si no es eso será que no puede acabar su trabajo o que no cumple los objetivos marcados por la empresa. Y también hay que ver el tipo de contrato que tiene cada mujer, porque como sea un contrato por obra y servicio la empresa lo tiene aún más sencillo. En fin, que seguimos sin conciliación familiar y laboral por mucho que se empeñen en decir lo contrario. ¡Cuánto nos queda aún por recorrer a las mujeres que ya tienen hijos y en las que en un futuro queremos tenerlos!

Informaciones originales: El País, El Economista, León Digital

Más información y otros casos: Bebesymás, Diario Sur, 20 minutos y Diagonal Periódico

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