Imperdonable. Desde diciembre que llevaban Los crímenes de Avignon, de Gervasio López, encima de mi mesilla. Y no ha sido hasta este mes de abril cuando he podido ponerme con él. Y ¿porqué este retraso? Pues por una parte, por falta de tiempo y por la otra, porque todos mis esfuerzos estaban puestos en El símbolo perdido, de Dan Brown y digo esfuerzos porque anda que no me costó acabarlo. Y después de leer uno y otro yo me pregunto: ¿porqué tanta fama para Dan Brown cuando tenemos a un autor que le da cien mil vueltas y aún encima es de la tierra? Pues sí, señores y señoras, las grandes injusticias de este mundo. Ya me había llamado la atención Los crímenes de Avignon cuando tuve el gran placer de entrevistar a su autor para Nx y no me engañaba (como bien os conté en el momento de la presentación del libro).
Ambientada en Avignon en el siglo XIV, esta pequeña (en páginas) pero grandísima novela nos pone en la piel de un monje cisterciense, Johannes de Calais, que tendrá que acometer terribles torturas para poder acabar con un grupo de asesinos que tratan de acabar con los miembros más importantes de la Iglesia Católica. Y para contarnos esto, el lucense Gervasio López, echa mano de una prosa ágil, en la que cada palabra, cada descripción y cada escena nos imbuyen más en la historia y nos agitan para provocarnos todo tipo de sentimientos. Porque el autor no huye de escenas sangrientas, ni de descripciones explícitas, sino todo lo contrario. Pero nada es en vano ni gratuito. Todo tiene un porqué y todo está perfectamente entrelazado.
1 comentarios:
Siento repetirme una y otra vez, pero no tengo más que las consabidas palabras de agradecimiento ante tu gesto.
Muchísimas gracias, de verdad. Es un motivo de orgullo y un verdadero acicate para retomar la literatura con ansias renovadas.
Muchas gracias. Un beso.
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