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Discotecas que aprovechan la energía gastada por los asistentes en la pista de baile para convertirla en electricidad, gimnasios que usan la energía de sus deportistas para hacer lo mismo y empresas que usan bambú y fibras naturales para elaborar sus prendas. Estas son algunas de las tendencias actuales para colaborar en la protección del medio ambiente. Pero una de las que más llama la atención es de las denominadas peluquerías ecológicas y es que por tod@s es bien conocido lo dañino que son lacas, tintes y otros productos de belleza. Este movimiento ha cobrado importancia desde hace dos años, cuando diversas instituciones representantes de los profesionales de la peluquería francesa firmaron el Tratado de Desarrollo Sostenible de la Profesión Peluquera. Este documento permite a los profesionales del sector de la peluquería que lo soliciten, mejorar los hábitos y prácticas diarias en el ámbito del medioambiente, de lo social y laboral. Inglaterra y Estados Unidos son otros dos países que han habilitado peluquerías y salones de belleza ecológicas. Ahora este movimiento llega a España en locales de Madrid, Cádiz o Barcelona.
El Tratado de Desarrollo Sostenible firmado en Francia el pasado año permite a los profesionales de la peluquería trabajar con productos naturales que pueden reemplazar perfectamente a los que contienen sustancias nocivas, como el agua oxigenda, el amoníaco, parabenos, metales pesados o resorcinol, por citar sólo alguno de los más de 30 compuestos químicos que se pueden encontrar entre los productos de las peluquerías. Es por ello que algunos centros de belleza de España ya están cambiando el chip y los productos que usan por otros que no contengan estos elementos. Sin embargo, hay que ser cuidadoso y tratar de averiguar hasta qué punto los productos son elaborados con extractos naturales. Si realmente lo son, deben estar certificados por los organismos competentes. Así, marcas como Sanoflore o Weleda tienen este reconocimiento, ya que cultivan sus propios ingredientes biológicos, no contienen conservantes, disolventes, siliconas, amoníaco, ni aceites de origen petroquímico.
En España, uno de los salones ecológicos más destacados es Ecoxhair. Este centro de belleza utiliza y vende productos elaborados con extratos vegetales, separa los residuos para el reciclaje, minimiza el uso de aerosoles e imprime documentos en material reciclable. Y todo ello, sin perder de vista los gustos de sus clientes. Otras peluquerías y centros de belleza también exigen que los productos que usan no sean testados en animales. Los más concienciados incluso dan información sobre el proceso de extracción de materias primas. Otras usan sistemas para hacer un uso eficiente de energía y agua. En este sentido, se ha puesto a disposición de todas las peluquerías la Guía de Buenas Prácticas. Sin embargo, en España aún falta mucho por hacer ya que, por ejemplo, en Estados Unidos existen verdaderas peluquerías CO2 que cuentan con certificados y en las que se controla desde el uso de la luz y el agua, pasando por los productos hasta llegar al entorno, como la que podéis ver en el siguiente vídeo. La mejor manera de aunar belleza y protección del medioambiente.
El Tratado de Desarrollo Sostenible firmado en Francia el pasado año permite a los profesionales de la peluquería trabajar con productos naturales que pueden reemplazar perfectamente a los que contienen sustancias nocivas, como el agua oxigenda, el amoníaco, parabenos, metales pesados o resorcinol, por citar sólo alguno de los más de 30 compuestos químicos que se pueden encontrar entre los productos de las peluquerías. Es por ello que algunos centros de belleza de España ya están cambiando el chip y los productos que usan por otros que no contengan estos elementos. Sin embargo, hay que ser cuidadoso y tratar de averiguar hasta qué punto los productos son elaborados con extractos naturales. Si realmente lo son, deben estar certificados por los organismos competentes. Así, marcas como Sanoflore o Weleda tienen este reconocimiento, ya que cultivan sus propios ingredientes biológicos, no contienen conservantes, disolventes, siliconas, amoníaco, ni aceites de origen petroquímico.
En España, uno de los salones ecológicos más destacados es Ecoxhair. Este centro de belleza utiliza y vende productos elaborados con extratos vegetales, separa los residuos para el reciclaje, minimiza el uso de aerosoles e imprime documentos en material reciclable. Y todo ello, sin perder de vista los gustos de sus clientes. Otras peluquerías y centros de belleza también exigen que los productos que usan no sean testados en animales. Los más concienciados incluso dan información sobre el proceso de extracción de materias primas. Otras usan sistemas para hacer un uso eficiente de energía y agua. En este sentido, se ha puesto a disposición de todas las peluquerías la Guía de Buenas Prácticas. Sin embargo, en España aún falta mucho por hacer ya que, por ejemplo, en Estados Unidos existen verdaderas peluquerías CO2 que cuentan con certificados y en las que se controla desde el uso de la luz y el agua, pasando por los productos hasta llegar al entorno, como la que podéis ver en el siguiente vídeo. La mejor manera de aunar belleza y protección del medioambiente.
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