miércoles, 3 de marzo de 2010

Cómo para llevar esto en Galicia


¿Os imagináis ir paseando por la calle en un día nublado, que de repente salga el sol y que el vestido que lleváis puesto cambie de color? Suena raro, ¿verdad? Pues esta idea que parece descabellada, ya no lo es. Resulta que la diseñadora Valèrie Lamontagne -nacida en Montréal y que basa sus diseños en los medios digitales- ha creado unos vestidos que cambian según el tiempo que haga en cada momento del día. Así, tenemos el Sky Dress, un vestido que se infla cada vez que el cielo está nublado o el Sun Dress, que se ilumina como una lámpara cuando sale el sol y hace calor. Dentro de los diseños de esta creadora, también se puede encontrar el Moon Dress, que cambia los colores de su estampado de flores los días de luna creciente y luna menguante.


¿Y cómo? Os preguntaréis. Pues muy sencillo. Estos vestidos cuentan con unos micro-controladores que efectúan los cambios en función del clima. Los dispositivos reciben información del tiempo de forma inalámbrica, a través de un software que define el tiempo en forma gráfica. Cuanto menos es curioso. Primero, porque estos modelos ponen la tecnología al servicio de la moda. Segundo, porque viendo los vestidos, muy prácticos no me parecen. Y no me lo parecen tanto por su diseño como por la idea en sí. Por ejemplo, ¿quién se va a poner el Sun Dress con lo largo que es y el diseño que tiene para salir a pasear por la tarde? Parece más bien un vestido de fiesta y de noche, cuando no hace sol, precisamente.


En cuanto a que no me convece la idea, lo digo porque en determinadas zonas, como esta mi Galicia, a ver cómo se las apañan los micro-controladores. Creo que se acabarían cortocircuitando. Además, ¿os imagináis ir por la calle con un vestido normal que de repente se hincha y se vuelve a deshinchar? Lo dicho, que práctico práctico no me parece. Pero ya se sabe que en esto de la moda cada uno tiene sus gustos. ¿Cuáles son los vuestros? ¿Os pondriáis uno de estos vestidos?

Noticia original: Imujer.
Web original: Valèrie Lamontagne.

martes, 2 de marzo de 2010

Motivos de despido sobran


Leo ayer a través de El País Digital: "Despedida una madre por pedir reducción de jornada". Por supuesto, la noticia me llama la atención, asi que pincho en el link y me encuentro con que una mujer de 35 años, llamada Nélida Pisco Suárez, madre de una hija de diez meses y que desde 2006 cubría las rutas de colegios e institutos de una compañía de autobuses en los concellos de Teo y Ames ha sido despedida después de solicitar una reducción de la jornada laboral porque necesitaba dar el pecho a su bebé alérgico a una proteína láctea. La empresa le negó dicha reducción, por lo que Nélida presentó una denuncia. El juez le dio la razón y le concedió la reducción a 35 horas de lunes a viernes en el turno de mañanas. Parece que la empresa no lo llevó muy bien, porque primero no le asignaron ninguna ruta y la pusieron a lavar un bus. Luego la expulsaron de la sala de conductores y, ni tan siquiera, le permitieron quedarse en el interior de la nave de Teo, por lo que la mujer se tuvo que pasar su jornada laboral sentada en su coche. No contentos con esto, los responsables de la empresa -alegando eso sí que el problema son las exigencias horarias- le entregó la carta de despido. ¿Qué palabra define esto: denigrante, humillante, inconcebible? No sé cuál usar.


Luego se habla de la conciliación laboral y familiar. ¿Y pretenden que tengamos hijos? Para qué ¿para arriesgarnos a perder nuestro trabajo tal y cómo están las cosas? Buscando información acerca de cómo está este tema, he encontrado una noticia de marzo del pasado año, en la que se afirma que desde que empezó el tema de la crisis han aumentado los despidos por embarazos. El artículo comienza de la siguiente forma: "La Fundación Madrina denuncia que hay más despidos por embarazo con la crisis, incluso han acuñado a la actuación de despedir a las mujeres embarazadas o a las que ya son madres con el término mobbing maternal". Según el informe de esta Fundación, hasta 30.000 madres se pusieron en contacto con ellos por este motivo en 2008.


Y eso que parece que temos la Ley de nuestro lado. En el mismo mes de marzo del pasado año se publicaba otro artículo en el que se explicaba que "el Supremo ha resuelto que el despido de mujeres embarazdas -salvo cuando sea procedente- será nulo, al margen de que la empresa conozca o no el estado de gestación". Claro, aquí tenemos el "cuando sea procedente". Seamos sinceros y realistas. Todas las empresas tienen mil maneras de alegar que un despido es procedente, como en la noticia que abre este post. "El problema son las exigencias horarias" y si no es eso será que no puede acabar su trabajo o que no cumple los objetivos marcados por la empresa. Y también hay que ver el tipo de contrato que tiene cada mujer, porque como sea un contrato por obra y servicio la empresa lo tiene aún más sencillo. En fin, que seguimos sin conciliación familiar y laboral por mucho que se empeñen en decir lo contrario. ¡Cuánto nos queda aún por recorrer a las mujeres que ya tienen hijos y en las que en un futuro queremos tenerlos!

Informaciones originales: El País, El Economista, León Digital

Más información y otros casos: Bebesymás, Diario Sur, 20 minutos y Diagonal Periódico

lunes, 1 de marzo de 2010

¿Drogas? No. Mejor mujeres con curvas

Me ha hecho gracia esta noticia que vi el otro día. Reza el titular de la misma: "Las mujeres con curvas son como droga para los hombres". Por lo visto, según un estudio realizado por el doctor Steven Platek, del Georgia Gwinnett College, más allá de todas las preferencias que puedan mostrar los hombres de hoy en día, siempre reina en el fondo de su apetito sexual un gusto por las mujeres con curvas marcadas. Por lo visto, Platek realizó resonancias en los cerebros de 14 hombres con una edad media de 25 años, a quienes mostró imágenes de mujeres desnudas antes y después de que estas se realizaran operaciones de estética para aumentar sus cinturas y traseros. El peso de las mujeres no había sido alterado, sino redistribuido.


Al observar las fotografías, los cerebros de los jóvenes mostraron mayor actividad en las regiones de recompensa, asociadas al efecto de las drogas y el alcohol. Esto demuestra que los cánones de belleza a los que se somete a las mujeres no es el más atractivo. Quizás por ello y, como decía en una entrada anterior, cada vez se reivinda más el papel de la mujer curvilinea. Pero claro, esto tampoco es de extrañar si tenemos en cuenta que genéticamente, los hombres están diseñados para asegurar su reproducción y buscar hembras con una buena estructura corporal para tener hijos.


Sea como sea, y ciñéndonos al estudio de Platek, chicos ya sabéis. En vez de consumir drogas o alcohol, buscaos a una chica con buenas curvas. Os hará el mismo efecto.
Noticia original: Telecinco y Ojo científico.

viernes, 26 de febrero de 2010

Marketing participativo para mujeres

Aprovechando el tirón de las redes sociales, las empresas han establecido lo que se llama el marketing participativo. Se trata de que los consumidores prueben sus productos antes de que estos salgan al mercado. Y ¿cómo lo consiguen? Pues muy sencillo. A través de páginas en las que las personas se convierten en usuarias, se inscriben en diferentes promociones y, no sólo reciben los productos para que los prueben, sino que también se les envían muestras y cuestionarios para repartir entre sus conocidos. Normalmente, la inscripción en estas páginas es gratuita. Lo único que hay que hacer a cambio de recibir el producto, es dejar luego una crítica sobre el mismo.


Yo estaba inscrita en Trnd.es, en la que hay productos de todo tipo: desde sugus, pasando por chocolates Kinder o gel Sanex, entre otros muchos. Aún, no he tenido ocasión de probar ninguno, aunque sí estoy esperando que aprueben mi candidatura para uno. Pero además de esta media red social, media página publicitaria, he encontrado otra mucho más interesante, porque son productos exclusivamente femeninos.


Se trata de Bopki, un proyecto que ya funciona en Alemania desde el pasado mes de junio y que permite probar productos de Wrigley, Procter&Gamble, Microsoft, L´Oreal o Lenor, entre otras marcas. Además de inscribirse, el requisito que piden estas páginas es la franqueza a la hora de dar tu opinión: "No eres una vendedora, Si de verdad no te gusta el producto en prueba, comuníocanos tu crítica sincera y todas las propuestas de mejora en tu evaluación". No es casualidad, que esta comunidad se dirija específicamente a nosotras y es que, somos las responsables del 80% del gasto y el 91% de las decisiones de compra en todo el mundo (ahí queda eso).


La primera campaña disponible en nuestro país, y en la que me he inscrito sin dudarlo, es un lote de productos para el cabello de la marca John Frieda. Si aceptan mi candidatura recibiré un serum, un champú, un acondicionador y una mascarilla fortalecedora. Además, para mis amigas, conocidas, familiares o compañeras de trabajo tendré 60 muestras del serum y 30 folletos con información del producto, así como un cuestionario para 'freirlas' a preguntas ;). Espero ansiosa que me manden todo esto, para dar mi opinión en Bopki y, por supuesto, hablaros de estos productos en Lastrend. Y vosotros, ¿os animáis con esto del marketing participativo? ¿Hay alguna a la que no le guste probar un producto gratis?

Sitio original: Bopki.com

jueves, 25 de febrero de 2010

Diáspora en el deporte femenino

En una de las primeras entradas que hice en Lastrend, hablaba de los problemas que siguen sufriendo las mujeres dentro del mundo del deporte. Pues retomando el tema, hace unos días enconté una noticia que me impactó, no sólo porque aborde este asunto, sino también porque afecta directamente al lugar de procedencia de las deportistas. Resulta que la jugadora de voley playa, Alejandra Simón, no recibe ayudas de la Fundación Vigo Deporte por no residir en la ciudad. La deportista se ve obligada a residir y estar censada en Canarias, porque así lo exige la Federación Nacional de Voley Playa, para que los jugadores puedan participar en la selección nacional. Esto provoca que la Fundación no le preste ayudas. Lo peor del caso, desde mi punto de vista, es que además a Simón le han negado dichas ayudas alegando "que no es gallega". Y todo por tener que vivir fuera. Las declaraciones de la joven son impactantes: "Que non me axuden se queren, pero que non me digan que non son galega".


Indignante, sobre todo teniendo en cuenta el currículum de Alejandra Simón: ha viajado por todo el planeta participando en las pruebas de la Liga Mundia, es la actual Campeona de los Juegos Mediterráneos y uno de los referentes femeninos del voley playa nacional. Pero, por lo visto, esta joven no es la única que ha tenido que irse para ser reconocida en el mundo del deporte y poder recibir ayudas de diferentes Federaciones y Fundaciones. Es el caso de una de las mejores jugadores de fútbol en España, Verónica Fenda y de otras cuatro compañeras suyas. Deben jugar fuera de Galicia para poder estar en equipos de la máxima categoria.



Lo mismo le pasa a Rocío Loureda, gran promesa del ciclismo nacional, que a sus 19 años, se ve obligada a competir en un equipo navarro, gracias al cual puede progresar en su carrera como corredora de fondo. Es una auténtica lástima que deportistas de este nivel tengan que dejar Galicia para poder progresar en diferentes disciplinas deportivas, aunque claro, no sólo es en el deporte, ni son sólo las mujeres las que deben dejar nuestro país para poder mejorar y acceder a ayudas. La fuga de cerebros y talentos deportivos sigue demostrando que Galicia (o perdón, las Altas Instancias Gallegas, sean en el campo que sean) no saben valorar lo que tiene.

Noticia completa: La Voz de Galicia.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Una voz inmortal


"Adios, ríos; adios, fontes/ adios, regatos pequenos/ adios, vista dos meus ollos/ non sei cando nos veremos."... ¿A quién no le suenan estos versos? Creo que esta fue una de las primeras poesías que me aprendí y gracias a ella empezó mi interés por este género literario. Es por ello que hoy, 24 de febrero, quiero rendir mi particular homenaje a Rosalía de Castro. Hoy es su día. Hoy se cumplen 173 años de su nacimiento y hoy numerosas ciudades gallegas acogerán una lectura conmemorativa de la Asociación de Escritores en Lingua Galega.


A lo largo de este post, podría hacer un resumen de su vida, pero quien más y quien menos ya ha estudiado a esta figura en el instituto o, incluso, en la Universidad y, actualmente, con internet, aportar datos biográficos es de lo más sencillo. Por ello, prefiero destacar la sensibilidad de esta mujer, capaz de llegar hasta Japón, porque sus versos son universales: hablan del amor, de la soledad, de la 'morriña' (una de las palabras más hermosas que existen, en mi opinión), de la sociedad. En definitiva, de los sentimientos que todos albergamos alguna vez, más allá de dónde vivamos.


Navegando por internet, he encontrado estas palabras de Xesús Alonso Montero (quién me dio clases de literatura gallega en la Facultad de Periodismo, manifestando siempre su amor por Rosalía de Castro) y me ha parecido que nadie mejor que él describe a esta mujer y su obra. Estas son sus palabras: "Fráxil e profunda, sombra e luz, Rosalía de Castro transitou pola vida, con palabras, xa de revelación, xa de misterio, por camiños sempre adversos. Vivía nun país sen voz propia e foi ela a primeira, con entidade, en atopar o nome das cousas, o nome non escrito das cousas. Acontecía esta prodixiosa invención en 1863, o ano daquel libro auroral e reivindicativo que se titula Cantares Gallegos. Cantou a cotovía e xa todo foi distinto. Era Galicia daquela un país totalmente analfabeto no seu idioma, pero aínda así, os versos da Cantora foron citados, amados, recitados e recordados. Xentes moi diversas da nosa terra, as humildes en primeiro lugar, intuiron a grandeza e beleza da fazaña: un poeta muller, unha muller orfa da nenez, unha muller de poca saúde e agobiada polas penas, asume, sen pedantería, como que respira, a defensa e a canción do marxinado e postrado país". Para qué decir más.

Sitio original: rosaliadecastro.org

martes, 23 de febrero de 2010

Las cifras no mienten

A lo largo del día de ayer, diferentes medios de comunicación se hacían eco de los datos presentados tanto por la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, como de los sindicatos en el Día de la Igualdad Salarial. Y las cifras no son muy alentadoras: una mujer europea tiene que trabajar 53 días más cada año para igualar su salario al de un hombre que realiza su misma función y tiene que trabajar ocho años para obtener el mismo sueldo que un hombre recibe en siete. La brecha salarial entre hombres y mujeres en la Unión Europea es del 17%. En España es aún mayor, elevándose al 26%. En Galicia, esta brecha se fija en un 25,5%, lo que significa que las mujeres reciben tres cuartos del salario que tiene un hombre. Al año, esto se traduce en una diferencia de unos 5.000 euros.

Esta situación se produce a pesar de que, según señaló Aído, el 60% de las personas que terminan sus estudios universitarios en la Unión Europea son mujeres "y lo hacen con mejores expedientes académicos que los varones". Sin embargo, esta realidad "no se traslada ni a la incoporación de la mujer al mercado laboral ni a sus posibilidades de promoción". Así, en sectores como el inmobiliario, las mujeres perciben un 64,8% del salario masculino; en el sector sanitario, un 65% o en educación el 92,14%.


Y ¿qué hace el gobierno para solucionar esta diferencia salarial? Pues según explicó la señora Aído (que dudo mucho que tenga problemas de sueldo o de diferencia salarial), "el Ministerio de Trabajo realizó en 2008 y 2009 más de 10.000 inspecciones a empresas, de las que 241 fueron por discriminación salarial". Además, la mayoría de las infracciones salariales se debieron a los complementos que se pactan con los hombres "al margen de la negociación colectiva".


Es cosa mía ¿o decir eso es lo mismo que decir nada? ¿Realmente poner una multa a una empresa va a conseguir que equiparen los sueldos de sus trabajadores y trabajadoras? Me cuesta creerlo, sobre todo en las grandes empresas, donde una multa supone una pequeñisima parte de su facturación. Lo que creo que el gobierno debería hacer es mantener una vigilancia constante sobre las empresas, con revisiones de los contratos e imponiendo penas mucho más duras a compañías que una mera multa. Pero como en tantas otras cosas, resulta muy bonito dar una serie de datos, decir que se ha hecho todo lo posible y que se seguirá haciendo. Mientras tanto, para lograr el mismo sueldo que un hombre, nosotras tendremos que trabajar 418 días más y seguir peleando porque se reconozcan nuestros derechos y valía.

Más información: El País y Vieiros.

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